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FALTA DE DESEO TRAS EL PARTO

Todas las personas somos seres sexuados. La sexualidad nos va a acompañar a lo largo de la vida en todas nuestras etapas y vamos a tener momentos más álgidos que otros.

Con respecto a las mujeres que han sido madres, este ámbito puede variar considerablemente, y no es raro ver en consulta a mujeres que dicen haber perdido el apetito sexual después de haber dado luz, incluso habiendo transcurrido casi un año del alumbramiento.

Un estudio del año 2015 en Australia, con madres primerizas, arrojaba datos muy interesantes. Se realizó un seguimiento a los 3, 6 y 12 meses tras el parto a 1.507 madres. El 89% decían tener problemas de salud sexual en los 3 primeros meses y un 51% seguía sin deseo habiendo trascurrido 12 meses después de haber dado a luz. Las preocupaciones más comunes de esta muestra fueron: el dolor durante las relaciones sexuales (con coito), la falta de lubricación y la pérdida del interés en el sexo.



POSIBLES CAUSAS DE LA FALTA DE DESEO


La pérdida de este deseo sexual es multifactorial durante el puerperio (periodo de tiempo en que se recupera el aparato reproductor tras el parto, que dura unas 5 o 6 semanas) y en etapas posteriores.

Durante el puerperio es NORMAL el bajo interés en las relaciones sexuales, ya que hay unos cambios fisiológicos que favorecen esto; hay una disminución considerable de estrógenos y testosterona (hormonas sexuales) y un aumento de la prolactina (la que causa la producción de leche), esta hormona es antagonista de las hormonas sexuales para que la madre centre toda su atención en los cuidados del bebé, por ello baja el deseo. Por este motivo, durante la lactancia, la mujer puede tener escaso deseo, ya que mientras amamante al bebé con el pecho seguirá produciendo prolactina y con ello tendrá las hormonas sexuales en niveles muy bajos.

El estado emocional por los cambios hormonales pueden dar lugar a tristeza, pérdida de energía, ansiedad,… pudiendo agravarse y llegar a una depresión post parto.


También la intervención en el parto puede dejar secuelas físicas, por ejemplo la episiotomía (la incisión en el perineo para facilitar que el bebé salga más fácilmente), algún desgarro en la vagina o la vulva o las hemorroides, provocan dolor durante el coito si no llegan a cicatrizar o curar adecuadamente; y cuando algo nos duele deja de apetecernos. Muchas veces es la anticipación y el miedo a que va a doler la que provoca esta disminución de la libido; aunque las heridas estén cicatrizadas totalmente, esto puede explicar en ocasiones la falta de deseo tras meses de haber dado a luz.


El cuerpo de la mujer sufre muchos cambios durante el embarazo y tras él. El aumento de peso, la flacidez, las estrías,… todos estos cambios pueden acarrear inseguridad. No nos sentimos tan cómodas con nuestro cuerpo como antes y el deseo también se ve afectado, ya que una buena percepción de nuestra imagen corporal nos hace sentirnos más seguras a la hora de mantener relaciones, y si no es así, va a pasar lo contrario.


Otro de los grandes motivos en el CANSANCIO que conlleva tener un bebé. Cambia radicalmente la vida y dejamos de tener tiempo para nosotrxs para dedicarlo exclusivamente al pequeño, sobre todo este rol de cuidador lo suele ejercer la mujer. Si hay que hacer las tareas de la casa y cuidar al recién nacido vamos a estar sumamente cansadas para querer hacer otra cosa. Lo ideal es repartir equitativamente las tareas domesticas teniendo en cuenta el cuidado del bebé también, ya que el deseo es un “sobrante de energía”, por así decirlo. Además que recuperar algo de ocio para nosotras es algo muy importante también, dedicarnos tiempo exclusivamente a nosotras sin tener que pensar en nada más, como dar un paseo al sol, ir un rato al gimnasio o salir a correr; suele funcionar para que vuelva el deseo.


También se suele confundir el “deseo” con el coito. Puede que no nos apetezca tener coito pero sí nos apetezca caricias, abrazos, mimos por el cuerpo,… pero sin querer llegar a nada más. Hay que tener en cuenta que las relaciones eróticas no se basan únicamente el coito, engloban también muchas otras prácticas que sí nos pueden apetecer, esto también es DESEO, pero no sabemos identificarlo si no hay penetración por la sociedad tan coitocentrista en la que nos hemos criado.


Muchas veces acudir a un profesional de la sexología puede ayudar y asesorar en esta etapa y conseguir muy buenos resultados en muy poco tiempo. Mirar por internet no es muy útil, ya que los "consejos" que podamos encontrar, si no los aplicamos de una manera correcta y en el momento adecuado, pueden provocar el resultado contrario.

Ruth Canchales
Sexóloga y Terapeuta de parejas

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